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La vuelta a la democracia durante esta década lo encuentra
de nuevo militando partidariamente. En las elecciones de 1983, el
justicialismo fue derrotado por el candidato a Intendente por la
Unión Cívica Radical Jorge Vergara Martínez. Esto ocurrió parte por
mérito del opositor y parte por la fragmentación que sufría el
partido justicialista durante esta etapa.
Como uno de los referentes del Partido Justicialista, siempre
les hablaba a los jóvenes, indicándoles el camino para consolidar la
democracia: esa vía era la militancia. Argumentaba que sin políticos
no hay partidos, y, por lo tanto, no hay democracia. Nunca insistió
para que se afiliaran al peronismo, pero sí que participaran en
cualquier partido político. Sostenía que la gente confunde algunos
conceptos: no es lo mismo un funcionario estatal que un político o
políticos cumpliendo funciones. Esta diferencia entre funcionarios y
políticos es porque hay funcionarios que no cumplen con sus roles y
los ciudadanos catalogan a todos los políticos de manera negativa.
Sin embargo, todos no son corruptos. Sostiene que sin militancia no
hay transformación posible y que, participando la juventud malar-
güina, no se permitirá que vengan foráneos y gobiernen con
desconocimiento total de la idiosincrasia local.
La dictadura fragmentó a la fuerza mayoritaria y al peronis-
mo proscripto. Cuando se retomó la lucha electoral, el PJ estaba
devastado y sin perspectiva en Malargüe. Siete listas se presentaron
en las elecciones internas y el radicalismo ganó por escándalo
aquellos comicios.
El proselitismo del futuro presidente del partido peronista en
Malargüe era contundente, pero de difícil práctica: unir a las
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facciones peronistas del sur mendocino. Cansado de perder las eleccio-
nes, el peronismo reaccionó y mediante las internas de 1993, Carim
191 Asumió el cargo mediante una interna en enero del 1993, representó en esas
elecciones a la Lista Naranja.
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