Page 19 - AIRES DE NUESTRA TIERRA

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Borges, quien en reiteradas ocasiones sabía venir como invitado. Me
pregunto cuantas historias guarda entre sus paredes la mítica casona?
Debo mencionar que en el contexto de las propiedades que se
fueron vendiendo, la gran mayoría en 6 hectáreas, junto a las casas,
fueron apareciendo lugares de esparcimiento, que por la amplitud del
salón, se utilizaba para Bailes Sociales, donde concurrían desde la
abuela hasta el soltero más codiciado del lugar; otros como la Casa de
los Cintas, donde los vecinos se reunían a escuchar la lectura de algún
capítulo de libros traídos de España, surgieron los comerciantes como
Los Rodrigo, que a raíz de la ubicación del comercio, se llama actual-
mente la Vuelta de Rodrigo, Intersección de Ruta 165 y 146. Es cierto
que la distancia en aquellas épocas era significativa, representaba al
menos una hora en carretela, para llegar a la Ciudad.
Las fincas que se iban adquiriendo se fueron cultivando con
duraznos, viñedos, verduras de estación, lo que simbolizó para los po-
bladores un sentido de pertenencia, que con el tiempo y los avatares
económicos, sociales y políticos, dejó de ser significativo para sus hijos
o nietos, quienes viendo el sacrificio que representaba la finca, sin
obtener de ella réditos, y en muchos casos pérdidas; decidieron emi-
grar a la ciudad, dejando terrenos abandonados, a la deriva. Sin em-
bargo, desde hace unas dos décadas, se ha visto en la zona un cambio,
y valoración de las tierras, ya que los que se fueron en muchos casos
volvieron, con esperanzas renovadas en volver a producir sus tierras.
También es trascendental el aporte de los que eligieron Cuadro Bom-
bal, a pesar de que su paisaje melancólico y desolado por el paso del
tiempo, no representaba una tierra próspera, sin embargo se anima-
ron a vivir la paz y sosiego que el lugar nos brinda. Hoy muchos de
estos porteños, como les decimos en Mendoza a todos los que vienen
de Buenos Aires, cualquiera sea el lugar de su nacimiento, han elegido
Cuadro Bombal, para ver crecer a sus nietos, para ensamblar su fami-
lia, para soñar con una vida placentera, a todos ellos gracias, por enri-
quecer nuestro lugar con nuevas energías. Entre todos podremos
conseguir que este Paraje, este lugar soñado, sea marca registrada de
San Rafael.

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