Page 9 - EL AGAPITO
P. 9
www.https://librosargentinos.com/inicio/
El Agapito
CAPITULO I
Finalmente se acercó la fecha del debate de Torres Rizzo.
Entre los tres o cuatros casos que me angustiaban a más no
poder, sin dudas que, para ese tiempo, se llevaba holgadamente
el primer premio. Luego de casi veinte años en la profesión ya
estaba resignado a apoderarme o mejor dicho, que tres o cuatro
casos de los treinta o cuarenta que manejaba en el año, se
apoderaran de mi existencia. Cuando alguno terminaba, siempre
me las arreglaba para su reemplazo pero indefectiblemente y,
aún en las mejores épocas, al menos uno, me servía para
autoflajelarme. Era a los clientes a quienes detestaba y más que
a los clientes, a los parientes de los clientes, a quienes me
contrataban y, por supuesto, me pagaban. Se imaginarán lo que
sentía por esos tres o cuatro. La situación se me iba de las
manos y al poco tiempo del inicio de la relación, todo era
presión del cliente, falsedad de mi parte y mucho tiempo por
delante, de seguro, hasta el día del juicio y a veces, un poco más.
Para colmo de males o, a lo mejor por eso mismo, esos
1
clientes eran los mejores pagadores, cumplían a pie juntillas todo
lo convenido por su parte, nada debían de honorarios, lo que me
dificultaba aún más la desvinculación. No había excusas, había
que seguir adelante con el clavo.
Para esa época la cosa funcionaba más o menos así en
buena parte de los casos. Caía presa una persona sospechada de
cometer un delito de cierta gravedad como para ameritar la
detención y/o con un abundante prontuario. En esos primeros
1 Cuando dice cliente, en este caso, parece referirse al que paga los
honorarios y tiene el mayor contacto con el mismo, ya que el verdadero
cliente, generalmente estaba preso. Este no tenía posibilidades de pagar
como que no fuera por intermedio de otra persona y no tenía el contacto
permanente con el abogado, sencillamente porque estaba privado de
libertad.
7