Page 12 - EL AGAPITO
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                                  Fabián Hathallah


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           mis casos nunca pude decirles a mis clientes lo que pensaba .
           Ese caso lo tomé por el  mismo  motivo  que  tomaba  todos  mis
           casos, o sea, la plata. No me podía dar el lujo de seleccionar los
           casos ya que,  a diferencia de otros que la iban de exquisitos
           porque contaban con espalda, yo si no trabajaba, no comía.
                 Me hubiera gustado poder seleccionar los casos y asumir la
           defensa en las causas en las que no  había  pruebas o que por
           cualquier motivo, se vislumbraba el éxito.  De esa forma me
           hubiera hecho fama de ganador, no trabajando para cualquiera,
           pero la necesidad tiene cara de hereje y ya esa altura ya no me
           hacía demasiadas preguntas.
                 El hecho por el cual se juzgaba a Torres Rizzo comenzaba
           al otro día a las nueve de la mañana y el Tribunal tenía previsto
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           que el juicio se iba a desarrollar en ocho jornadas , otra mala
           onda para mí que  entendía que el juicio se podía hacer en la
           mitad. Para mi implicaba más días prácticamente avocado a una
           sola cosa, más gastos y ningún ingreso.  El caso ya lo había
           terminado de cobrar hacía un año, se me hacía difícil atender a
           nuevos clientes y todavía no empezaba el verdadero parto del
           difícil juicio. El único consuelo era saber que pronto terminaría,
           como sea, pero acabaría. Con un retraso de una hora y cuarto  12


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             Otros colegas suyos tenían objeciones de conciencia para aceptar defensas
           en determinados delitos, por ejemplo: la violación de un niño. El Dr. Shöeder
           no creía en tales pruritos. El mismo decía que todo dependía del monto de los
           honorarios.
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              Que su hijo era un enfermo, psicópata o hijo de puta o todo a la vez pero
           que  los  mismo  iba  a  defenderlo  con  uñas  y  dientes  porque  para  eso  le
           pagaban.
           11  Tenían que declarar doce testigos, peritos médicos, psicólogos, probable-
           mente el imputado, etc
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              El  retraso no respondía a ninguna  irregularidad  o  irresponsabilidad como
           normalmente  la  gente  común  pensaba  sino  que  se  debía  a  que  antes de
           comenzar los juicios se debían ultimar los  detalles como  comprobar la
           presencia de testigos y de todas las partes, el traslado del detenido, etc.
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