Page 13 - VENGANZA
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                  Ya se ha acostumbrado a caminar con el hombro pegado a
           la pared, sale por las tardes a tomar sol y se la pasa sentado sobre
           unos ladrillos con la espalda apoyada contra los muros.  Ha
           bajado varios kilos, está comenzando a sentirse mejor. Nadie en el
           penal lo quiere, él lo sabe y por eso toma todos los recaudos. No
           es fácil sobrevivir solo, entre aquella jauría de lobos hambrientos
           de sangre y venganza.


                                         Capítulo 2
                                 “Negocios, son negocios”


                  Al dejar la casa esa mañana no tiene la más remota idea
           de lo que está por venir, acelera a fondo el Audi A5 negro, uno de
           sus últimos caprichos. Quiere ser el primero en llegar al puerto,
           necesita  estar  presente  para  cuando  arribe  el  contenedor,  la
           mercancía que transporta es demasiado valiosa.
                  Proviene  del  sur  de  México  del  estado  de  Sinaloa,  es  la
           primera vez que hace trato con ese cartel. Debe ocuparse de que
           ingrese sin novedades por  la aduana,  y de allí colocarlo en  otro
           barco, esta vez con destino a Europa. Hace un tiempo largo que
           vienen  planeando esta operación,  todos los mecanismos  están
           aceitados  y  los  contactos  bien  pagados.  La  ruta  de  la  merca  es
           muy segura, ha sido estudiada hasta el cansancio durante meses y
           meses, no cabe ninguna duda que la  mercancía llegara a destino.
           A su lado se encuentra uno de los amos del narcotráfico,  Arturo
           Merlo ex gobernador de la provincia y diputado nacional. Hoy es
           el director de comercio internacional y propietario de una de las
           principales exportadoras de granos del país. Siente una gran emo-
           ción, jamás creyó que en tan poco tiempo, terminaría convertido
           en su mano derecha.
                  El contenedor se balancea suavemente en el aire, parece de
           juguete. La pluma que lo transporta lo acuna entre gruesos cables
           de acero, que ofician de nodriza. Abajo un camión espera ávido la
           carga,  para salir hacia otro  destino  ubicado  más al norte, a casi
           trescientos kilómetros de ahí. Es imposible ver oscilar en las

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