Page 14 - ASESINO
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de la gorra, no descansa un solo segundo hasta alcanzar el automóvil
estacionado a solo una cuadra del incidente. Una vez adentro del
vehículo se quita la gorra de la cabeza, acomoda sus pelos frente al
espejo retrovisor y echa a andar. No muestra remordimiento alguno
por lo que ha hecho, pareciera tener la conciencia tranquila, sabe que
lo que acaba de suceder es imposible de arreglar. Aunque
interiormente, espera que esta haya sido la última vez.
La foto de la chica de muerta en la plaza, da la vuelta al país. Los
medios de prensa locales se hacen un festín con la noticia, los
noticieros de los cuatro puntos cardinales levantan una y otra vez la
noticia.
“San Jorge” es el nombre del pueblo, se encuentra a 250
kilómetros hacia el este de la cordillera de los andes. Sus habitantes
hace un largo tiempo, que han superado los 300.000.La mayoría de
ellos son productores agropecuarios. Son personas comunes y
corrientes, que trabajan en sus viñedos y sus derivados. Algunos de
sus vinos, son famosos en el mundo entero. Por estas horas acaba de
convertirse, sin quererlo, en el epicentro de la noticia del país.
La ciudad se encuentra rodeada de montañas y lagos, lo que ha
puesto en funcionamiento al Turismo, la industria sin chimeneas como
la llaman por allí.
Artemio Lucero “El viejo” como le dicen sus hombres, es el
Comisario de “San Jorge”, lleva en el cargo más de dos décadas. La
Octava, su comisaria, se encuentra a solo diez cuadras de la plaza San
Martin, donde ocurrió el terrible hecho.
Por estas horas su vereda es un quilombo, allí lo aguardan
apostados más de treinta personas, entre periodistas y fotógrafos,
todos ansiosos por conseguir la primicia. A esa hora el sol cae de lleno
sobre el pueblo. La muchedumbre se resguarda de su inclemencia,
acomodándose bajo la sombra extensa que les brinda, uno de los dos
inmensos paraísos que flanquean la entrada a la comisaria.
La última vez que “El viejo” habló con la prensa fue en el año
1998, en aquella ocasión tuvo que explicarles la muerte del Cabo
Gómez, uno de sus policías más viejo. El hecho fue toda una novedad,
el pobre tipo había muerto de un infarto al corazón, mientras se daba
una ducha en el baño de su casa.
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