Page 14 - TELARAÑA
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Juan Carlos (Topo) Fernández
todo la parte en que decía: “Si no logran salvarla aparecerán
otras”…
Su viaje de regreso a la estación central, había sido lo más
parecido al infierno en la tierra. Ser un comisario recién ascen-
dido y tener que lidiar con un loco de ese tamaño, es algo que
no se aprende de un día para el otro, y menos aún sin en la
puta academia, nunca te habían preparado para ello.
El castigado cuerpo de la joven, no había podido resistir
tantas humillaciones y heridas recibidas. Finalmente la chica
había terminado entregándose a la muerte, exactamente ocho
horas después de haber sido encontrada.
La policía se encontraba desconcertada, todavía no había
podido averiguar la identidad de la joven, menos su domicilio,
pero ya tenía su cadáver en la morgue.
El joven comisario a pesar del infortunio no se amedrentó,
al contrario, tomó una decisión audaz y peligrosa. Realizó
varias llamadas a los principales diarios de la ciudad, pidién-
doles que frenaran por 24 horas la noticia de la de la joven
muerta.
Ninguno de los medios hasta ese momento, tenía conoci-
miento sobre la nota encontrada en la espalda de la víctima,
decidió mentirles sobre ella; creyendo que solo con un pacto de
caballeros bastaría. Obviamente el resultado no fue el que espe-
raba, aunque la mayoría de los periódicos escondieron la noti-
cia, hubo uno que no lo hizo. La Razón, el diario con más tira-
da y lectores de la ciudad, había decidido publicar la noticia, a
través de la insensible pluma del novel periodista Claudio
Bremmer.
El artículo podía leerse acompañado de las fotografías
obtenidas en el hospital, mientras la joven atacada se
encontraba luchando por sobrevivir.
Al día siguiente, a primera hora de la mañana una mujer y
su esposo, se presentaron en la oficina del comisario reclaman-
do el cuerpo de la joven. Se trataba de sus padres, quienes
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