Page 16 - TELARAÑA
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Juan Carlos (Topo) Fernández
la intromisión del señor Bunge director del diario, posible-
mente por estos días, el viejo Bremmer sería solo un recuerdo.
Cuando se calmaron los ánimos, Bunge salió de la habitación y
los dejó hablando entre ellos. Cuentan que los gritos de la pe-
lea, se escuchaban a más de una cuadra de distancia.
Las cosas ese día no pasaron a mayores, porque el bueno
de Bunge nunca abandono el puesto de mediador, si hubiese
sido decisión del comisario, aquel día el cementerio habría
tenido un nuevo inquilino.
De a poco la tormenta se fue calmando y entonces afloro el
dialogo, hablaron más de media hora entre ellos sin violencia
ni agravios, siempre bajo la vigilancia vidrio por medio de
Bungue.
Varios minutos más tarde Dalaras abandonaba la editorial
del diario, bastante ofuscado y con la fuerte promesa de tomar
riendas en el asunto, si por alguna razón alguien no volvía a
acatar sus órdenes.
Ninguno de los presentes se opuso a sus dichos, es más le
dejaron bien claro que cualquier cosa que encontraran, el sería
el primero en enterarse.
Días después del segundo asesinato y después de varias
pesquisas, por fin habían descubierto el nombre y la dirección
de la joven. Aquella vez le había tocado al comisario, tener que
darles la ingrata noticia a los familiares de Larissa Brent.
Así se llamaba la joven asesinada y también era oriunda de
Rhins, el mismo pueblo del cual provenía la víctima anterior,
que fuese encontrada en el hospital. Las coincidencias entre
ambos casos, eran demasiado groseras para dejarlas pasar, por
lo tanto Dalaras reunió a un grupo de agentes y partieron en
comitiva, hacia Rhins en busca de pruebas o nuevos testigos.
Después de varios días de intensa búsqueda, no pudieron
encontrar nada que los guiara a atrapar al asesino, había
decidido abandonar la búsqueda cuando se le ocurrió una
nueva idea.
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