Page 20 - ASESINO
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                 —Entiendo… Pero esto así no da para más, necesito conocerte,
           tocarte…— ¿Vos me entendés?…
                 —Claro que te entiendo, a mí me pasa lo mismo—picó piensa—
           Pásame tu número de teléfono y te llamo mañana… ¿Te parece?...
                 —Ok, por favor  llamáme después de las seis de la tarde.  Mi
           esposo se va a jugar al futbol, y después se queda a comer un asado
           con los muchachos. Viene llegando a casa, recién como  a las dos de la
           mañana…
                 —Entiendo –responde…
                 —0264224579…es mi número anótalo y por favor te pido, por
           ninguna razón me llames en otro horario. Me comprometerías
           demasiado.
                 —Ok, te llamo mañana…
                 Cierra el cuadro de dialogo, echa una mirada al correo y apaga la
           computadora.
                 Ella—la mujer con quien  acaba  de hablar—es  rubia de ojos
           grises, alta y tetona. Según se puede ver en su foto de perfil.
                 El marido es camionero, una pegada brutal –piensa. El tipo se va
           de la casa los lunes, y aparece recién los sábados. Él pobre hombre,
           trabaja de aquí para allá sin descanso. Mientras tanto en la semana, él
           le atiende la mercadería.
                 Diariamente intenta escaparle a la realidad, se esfuerza pero le
           es imposible. Los sentimientos dantescos lo persiguen desde siempre.
           Le gustaría  que por algún tiempo, aunque fuera solo por unas horas,
           dejaran de acosarlo.  El deseo  forzoso  de arrebatarles  la vida  a los
           demás, se le ha convertido en una obsesión imparable.
                 Desde  la primera vez que le sucedió,  aunque  fue  totalmente
           accidental, dejo marcada su vida  para siempre. Si alguien encontrara
           por casualidad, aquel cuaderno que guarda con tanto recelo y pudiera
           leerlo, el trabajo de toda su vida se iría al demonio.
                 Le es imposible actuar, sin dejar constancia de todo lo que hace,
           es una especie de acto testimonial. Por alguna razón cree, que el día
           que no necesite más el cuaderno será liberador. No hay  nada más
           alejado de la realidad.
                 Por lo pronto se apega al plan, anota el número de teléfono en
           su agenda y lleva a cabo algunas averiguaciones.





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