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la policía y el protocolo. Todo el pueblo participaba y, muchas veces,
los festejos terminaban con una carrera de caballos por la avenida
principal . Tampoco podían faltar la doma, la sortija y “las
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tabeadas”, es decir el juego de la taba .
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El compromiso, la dignidad y el trabajo
Carim Rasso comenzó a trabajar a temprana edad con su
padre en las tareas de campo, y, a lo largo de su vida, lo hizo en tres
reparticiones nacionales. En el año 1952 ó 1953, no recuerda bien,
inició su dinámica laboral en el correo como mensajero, repartiendo
telegramas. La diligencia en la entrega y el conocimiento de los
vecinos, hicieron de esa primera experiencia un grato recuerdo, por
cuanto esto le permitió relacionarse con los telegrafistas y aprender
el oficio del difícil código Morse.
Luego, se desempeñó en el sector financiero como cadete del
Banco Nación, porque la edad no le permitía ejercer otra actividad.
Al cumplir los dieciocho años, rindió como auxiliar exitosamente e
ingresó en la entidad. El servicio militar interrumpió este trabajo.
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Una vez cumplido su deber retomó su empleo bancario hasta
cumplir los veinticuatro años.
Fue entonces cuando se incorporó al comercio de quien sería
su suegro, don Manuel Fernández, apodado “Blanco y Negro”
o”Fúlmine”. Las actividades en el almacén eran variadas, desde la
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167 De la calle Batallón Nueva Creación hasta Fray Inalicán, 200 metros, argumenta
Carim.
168 La taba era del hueso astrálago de la pata de vaca, según cómo cayera, era
suerte o culo. Ref. Diccionario Criollo
169 La estadía y formación en el Servicio Militar serán motivo de otro apartado..
170 El primero de los apodos era porque vivía en una casa en la esquina de Roca y
San Martin con esos colores. El segundo apodo es por un personaje de la “tirillas”
que era controversial y la gran barra de amigos lo apodó así también. Sánchez
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