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Es de destacar que ese auge no fue producto de hombres providen-
ciales individuales, sino del accionar colectivo de los lugareños.
Para seguir agregando detalles históricos del contexto en el
cual nació, es importante decir que el autor de la crónica que
estamos citando, señala valores como la amabilidad, la cortesía, la
solidaridad entre familias y la armonía que se vivía durante esos
difíciles años. Abdón Carim Rasso incorporó varios de estos valores
que aplicó a lo largo de su vida.
La década del cuarenta lo encuentra dando los primeros
pasos de su socialización. Comenzó a cursar sus estudios primarios
en la escuela Nº 51 “Teniente General Rufino Ortega”. La gradua-
lidad que proponía el sistema educativo de la época era diferente: se
ingresaba con siete años a primero inferior y se cursaba hasta sexto
grado. Su desempeño durante la escolaridad primaria fue bri-
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llante. Mejor alumno y abanderado de su promoción, evidencian su
eficaz aprendizaje escolar y social. Carim cursó algunos años del
secundario donde recibió instrucciones de profesionales e ingenieros
de la Atómica, de la fábrica Grassi, de la mina los Castaños y
médicos del Hospital. Completó dos años en este nivel ya que el
tercer año lo comenzó pero no lo concluyó. La década del cincuenta
lo encuentra con perspectivas de ingresar al mundo laboral.
El fútbol y el Club Deportivo: una pasión inexplicable.
Paralelamente a su carrera como estudiante, Carim comenzó
a jugar en el Club Deportivo Malargüe en sus divisiones menores.
Las instalaciones se encontraban en el terreno del actual Hotel
Turismo; luego se trasladó a la manzana que ocupa hoy la Escuela
Técnica Industrial Minera – E.S.T.IM.- en Avenida San Martín y
161 La villa de Malargüe durante los años cuarenta, y en especial después del 1945,
comenzó a gestarse un caldo de cultivo social que va a desembocar en la segunda
emancipación departamental que se materializó esta lucha en 1950.
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